SOY EL MISMO

 

Aprovechando la actividad propuesta de reflexión me gustaría abordar un caso que he comentado en numerosas ocasiones a nivel privado y que encaja a la perfección en un ejemplo de discriminación.

Mi primera incursión en el mundo laboral fue como dependienta de una librería. Era una librería atípica y muy distinta a todas las de la ciudad. No era distinta por lo que se vendía en el establecimiento que como en todas teníamos libros, cuadernos, prensa, lápices…, ni tampoco porque pasasen al cabo del día cientos de personas.

Lo que nos hacía verdaderamente “especiales” era nuestra ubicación y nuestrxs clientes. La librería se encontraba en el interior de un hospital, un hospital de nueva construcción, grande y con muy pocos servicios alrededor. Una cafetería de 24 horas, una tienda de regalos, un banco, una floristería y la librería formábamos una especie de “centro comercial”, ya que, eran los únicos servicios disponibles en kilómetros a la redonda.

Nuestros principales clientes eran los pacientes ingresados y sus acompañantes y el personal que trabajaba en el hospital. Al igual que en el vídeo danés que nos recuerda lo fácil que es encasillar a las personas (https://www.youtube.com/watch?v=fXBXOaLcMZg), nuestros clientes eran “encasillados” a diario por sus vestimentas.

Las personas que vestían bata, pijama, zapatillas y “complementos sanitarios” como goteros, sondas o drenajes eran pacientes ingresadxs. Aquellos que vestían abrigo, zapatos y bolsos eran familiares o visitas. Y el tercer encasillamiento que se daba era con aquellos que vestían uniforme, y a su vez se diferenciaban por si llevaban bata y fonendoscopio eran doctorxs, si llevaban el uniforme “pijama blanco” eran enfermerxs, si llevaban el “pijama verde” eran cirujanxs, si llevaban el uniforme gris eran personal de limpieza, si llevaban uniforme azul eran guardias de seguridad , si llevaban bata blanca y ropa de calle eran personal administrativo y si llevábamos polo verde eramos las dependientas de la librería.

Este encasillamiento del que todxs eramos conscientes y del que formábamos parte generaba en más de una ocasión discriminaciones. Discriminaciones asentadas en la idea de estereotipos. Entendiendo que los estereotipos son generalizaciones o imágenes mentales simplificadas que recaen sobre los miembros de un grupo, cuando se asume que todos los individuos que lo componen tienen las mismas características, actuando además como una simplificación o deformación de la realidad”.

A partir de las ideas preconcebidas de unxs y otrxs, eran palpables los prejuicios que muchas personas tenían y mostraban sin ningún tipo de sonrojo ante estos uniformes. Las personas con ausencia de salud (algo natural en un hospital) eran en muchas ocasiones personas a evitar, alejarse de ellas físicamente y mirarlas de reojo era lo habitual por la gran mayoría del resto de clientes, pero con los que verdaderamente había muchas diferencias de trato era con el personal del hospital, ya que, dependiendo de que uniforme vistiesen las personas se comportaban de una u otra forma.

Como señalé había muchas personas que según el uniforme que vestíamos o que vestían, nos adjudicaban una categoría profesional determinada, a la vez que le asignaban un estatus específico de conocimiento académico, nivel económico,  social y cultural. Por este motivo voy a poner el foco en analizar la discriminación por pertenencia a una determinada clase social y para ello voy a analizar una situación en la que los protagonistas fueron una mujer de mediana edad y un joven médico.

Era un día que había muchísima gente en la librería y una cola bastante extensa en la que yo estaba como cajera. Un chico joven que vestía sudadera de capucha, mochila y pantalones rotos, aprovechó el momento en el que un cliente estaba buscando la cartera para pagar, y me dio una revista para que se la reservara que después venía a por ella. Esto fue el detonante de una reprimenda por parte de una señora que estaba casi al final de la fila, ella lo reprendió diciéndole que él se “saltaba la cola y que era un sinvergüenza, que aquello era un hospital y que todos tenían asuntos que atender… pero que se puede esperar de un pobre chico encapuchado como tú”.

Él no le dio importancia a las palabras de la mujer y me dijo “déjamela aquí que después vengo”. Él era un cliente habitual, trabajaba allí y era médico. Tenía la costumbre de dejarme alguna revista o algún libro en el mostrador, mientras yo cobraba a otras personas y después pasaba a recogerlo cuando el bullicio había pasado. Pero ese día, hizo algo diferente. A los cinco minutos volvió a la tienda, venía con gafas, bata blanca y fonendoscopio.

Como hacía siempre, se puso en la cola para recoger la revista y de repente oímos a la mujer que le había reprendido “pero por favor pase usted primero que su tiempo es más valioso, nosotros podemos esperar y usted no”, él no aceptó este ofrecimiento y esperó su turno, por la expresión de la mujer me pareció que no le gustó mucho que rechazara su ofrecimiento. Cuando la mujer se disponía a marchar él le dijo con una sonrisa “no acepté pasar porque soy el mismo que el chico encapuchado”, la señora no daba crédito a su despiste y acabó diciendo “quien se iba a imaginar que un señor médico llegue al hospital con esa pinta de rapero”.

Este corto diálogo plasma una realidad que se vivía a diario, en donde la vestimenta que llevábamos implicaba un trato de favor o por el contrario un trato opuesto, el cual se convertía en muchos casos en una discriminación. Esto nos permite reflexionar sobra la dimensión tan extraordinaria que tiene la Igualdad de Trato y No Discriminación, por un lado “el chico encapuchado” sufrió una discriminación directa ya que la señora lo trató de forma diferente por la vestimenta, demostrando que tenía ideas estereotipadas sobre la juventud que viste ropa informal, ya que estaba dando por hecho que el chico era un vándalo y que no tenía ningún valor como persona. Sin embargo cuando se dirigió al médico, simplemente por el hecho de verlo con su uniforme, hizo lo contrario que en la primera situación. Le dio un valor superior en comparación a todas las personas presentes,  suponiendo que tenía una clase económica, social y cultural superior al de todas las personas presentes.

Palabras como “pobre”, “chico”, “encapuchado” o “pinta de rapero” se convirtieron en las armas dialectales en las que se apoyó para reprenderlo y discriminarlo, sin embargo “su tiempo es más valioso”, “señor médico” y “usted” le dan el matiz de superioridad que la señora pretendía transmitir.

Quedó patente que la mujer mostró una actitud en la que establece diferente relación con unas y otras personas en función de su clase social, y que la lleva a discriminar a aquellxs que considera inferiores a ella y que por el contrario halaga a aquellxs que están por encima de ella según su criterio.

Según mi opinión la discriminación que hizo en la primera escena es de tipo abierta porque ella expresa que no espera nada de una persona que se viste como el chico, sin embargo cuando lo adula lo hace de una forma neutra fundamentándolo de que es un profesional y que tiene poco tiempo.

Esta situación también nos demuestra que la discriminación por error es mucho más común de lo que pensamos, ya que la señora simplemente lo trató de forma menos favorable cuando lo “encasillaba” a un colectivo del que ella no tenía un buen concepto, sin embargo cuando descubrió que era médico todo ello cambió y sólo le adjudicaba cualidades positivas.

Y ya para finalizar mi reflexión sobre el tema me gustaría decir que esta historia no ha sido la única que presencié en mi trabajo de aquella época, más bien ésta es la más representativas de lo que pasaba allí y que seguramente pasa en otros muchos sitios.

Desde este análisis quiero poner en valor la importancia y la necesidad de visibilizar aquellas situaciones discriminatorias que sufren las personas que nos rodean o nosotrxs mismos, ya que solo haciéndolas públicas y rechazándolas podemos lograr reducirlas e incluso eliminarlas.


¡Ahora solo falta que te animes tú al reto! ¿Conoces o has vivido alguna situación en la que se ha dado discriminación?

Hasta pronto!!

#AprendizajeDiversidad

#Aprendizaje_INAP

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